Derechos Humanos


DE REGRESO AL FUTURISMO
Pedro Luis Prados S.


En pocas ocasiones se hace mención de Filippo Marinetti en la historia del arte del siglo XX. Este poeta italiano tuvo el dudoso honor de ser allegado a Benito Mussolini e inspirador en este, como en su maniático discípulo alemán, de un apasionado culto por las grandes moles de hormigón, los inmensurables espacios asfaltados y la velocidad. Los manifiestos futuristas de Marinetti dieron sustento al fascismo para el desarrollo de su propia arquitectura. Su llamado a "incendiar las bibliotecas", "inundar las bodegas de los museos", "derrumbar las viejas ciudades" para "…abrir paso a las grandes vías de la velocidad" y "…las edificaciones gigantescas del progreso" no fue tan convincente ni tuvo tantos adeptos como el exaltado poeta hubiera querido, aunque dejó resabios de mal gusto en algunos países.
Aunque el futurismo aportó en la literatura y en la pintura refrescantes innovaciones, como el creacionismo de Huidobro y Neruda, o el muralismo estructural de Siqueiros, su contribución a la arquitectura fue dudosa y la II Guerra Mundial no dejó muchos testimonios de ella. Por eso, nos llama la atención el entusiasmo de algunos arquitectos nuestros, aunque hay que distinguir meritorias excepciones, por desempolvar los textos del iracundo poeta y exhumar sus restos del viejo cementerio de Bellagio. Con demencia febril las poderosas máquinas de la devastación arremeten contra selvas, valles, colinas y manglares para extender las planicies destinadas al culto del hormigón. Los bosques tropicales estampados con las flores del guayacán dejan al descubierto su piel violada por las cuchillas y retroexcavadoras. El gigantesco corotú y el frondoso espavé caen vencidos ante los acólitos del futurismo para ser reducidos a tablones y cenizas. Nada escapa a la voracidad insomne de estos constructores, que sedientos por la tierra calcinada sacian su sed en esteros y marismas devorando como saurios la mansedumbre de los manglares.
Contemplamos con preocupación los carcinomas de la tierra desnuda extenderse sobre el verdor del paisaje para dar paso a hileras de diminutos pesebres ofrecidos al pueblo como soluciones de vivienda. Con una complicidad en donde no media la ética ni la responsabilidad social, nuestros arquitectos y contratistas coluden con los empresarios inversionistas para obtener la mayor rentabilidad de los proyectos urbanísticos populares a costa del sacrificio de la salud mental y física de los panameños, pero también de la salud del entorno natural.
Nada es más enajenante para el ser humano que el no poder reconocerse como parte de la naturaleza que lo rodea. Sin embargo, pareciera que el propósito es quitarnos paulatinamente esa posibilidad, negarnos el reconocimiento como especie para obligarnos vía espacios cautivos, televisión enfermiza, vallas publicitarias y juegos de internet a un embrutecimiento que haga viable la proclama oculta de la globalización: "No ciudadanos, sólo consumidores". En un salto cronológico, como presentación digital, se cambia la madera por el cemento y el alquiler por la hipoteca, pero con los mismos niveles de hacinamiento, promiscuidad y ausencia de vida personal nuestros "urbanistas" reemplazan El Chorrillo, Marañón y Calidonia de principios del siglo XX por comunidades de inexistentes verdores, praderas y jardines en los albores del siglo XXI.
Un poco de tranquilidad, de recreación con la naturaleza y disfrute de vida familiar no le vendría mal a los panameños. El compromiso de nuestros arquitectos y contratistas, más allá de la rentabilidad del suelo, debe ser con el medio ambiente y el bienestar de sus compatriotas. Es un deber no solo ético, también es estético. ¡Es el momento de dejar descansar al viejo poeta futurista en el cementerio de Bellagio y dedicar más esfuerzo y buena voluntad a los vivos!

El autor es profesor de filosofía

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EL DERECHO DE PENSAR
Ela Urriola


El pensamiento es consustancial al ser humano, es lo que nos distingue de las bestias. Todas las civilizaciones se han caracterizado por el cultivo del pensamiento como expresión suprema de su desarrollo, y las épocas más prósperas de la humanidad han hecho distinción especial de esa cualidad. Ha sido el continuo ejercicio intelectual iniciado cuando el homo un buen día bajó de las copas de los árboles, sobrevivió a su medio e inició ese largo periplo desde las cuevas de Altamira hasta los viajes espaciales lo que nos mantiene aquí. No obstante, estamos en pleno siglo XXI, en un país situado a la vanguardia de un intrincado proceso de globalización y que sirve de probeta a inéditos experimentos del neoliberalismo, debatiendo si tenemos o no el derecho de pensar.
La polémica surgida por la eliminación en el currículum de la educación media de asignaturas como filosofía, lógica, ética, educación artística y educación física debe llamar a una profunda reflexión, no solo a los docentes sino a los padres de familia, organizaciones estudiantiles y los sectores de la sociedad comprometidos con un desarrollo coherente y programado del país. No se trata de un simple ajuste de planes y programas con la intención de optimizar los recursos educativos, sino de una conspiración silenciosa pero avasalladora de despojar a nuestra juventud de ese ejercicio necesario y sistemático que debe conducirlos a su realización como seres humanos. Una medida de esta naturaleza se suma a una larga cadena de prácticas, mecanismos y recursos encaminados a minimizar la capacidad reflexiva de los panameños con miras a propósitos que ni aún nuestros gobernantes tienen muy claros (y prefiero pensarlo así, porque si los tuvieran entonces serían cómplices).
Sometidos a un intenso programa de embrutecimiento colectivo, los panameños recibimos un bombardeo diario de (des) información orientada a neutralizar nuestra capacidad de discernimiento y la reflexión crítica sobre las cosas que nos atañen. Desde la mañana hasta la noche, las televisoras nos someten a un intensivo fusilamiento de propagandas, programas amarillos, histrionismo estulto y vulgar con más de 30 telenovelas diarias que garantizan una disfunción cerebral, todo esto en dirección contraria a lo que manda la Constitución de la República: "Los medios de comunicación social son instrumentos de información, educación, recreación y difusión cultural y científica. Cuando sean usados para la publicidad o la difusión de propaganda, éstas no deben ser contrarias a la salud, la moral, la educación, formación cultural de la sociedad y la conciencia nacional…" (Artículo 89). Con todo este panorama un ser pensante no se sorprendería de que los crímenes y la violencia suban como la levadura, que proliferen los casinos y el resto de las adicciones, luego no debería ser una sorpresa que las políticas educativas que nos aplican estuviesen encaminadas a eliminar el derecho a pensar. Lo que sí ha de asombrar, es que esta maquiavélica tarea se lleve a cabo teniendo a la cabeza un ministro de Educación con una formación universitaria en filosofía e historia y una experiencia docente que también involucra la lógica.
Como si la televisión no bastara para anularnos, el transporte público ha recibido el aval de continuar fumigándonos con gases tóxicos y ruidos, si es que antes no hemos sido arrollados por la chatarra diabólica. Y si se nos ocurriera relajarnos de la ciudad, ese propósito sería igualmente frustrado por la irracional cantidad y el descomunal tamaño de las vallas publicitarias que apenas dejan entrever un manchón de verde entre unas y otras. Es natural, entonces, que si no pensamos tampoco nos preocuparemos del entorno: un ser pensante no aprueba ni aplaude lo que va en contra de la vida, ni será indiferente ante las tragedias cotidianas, el deleitamiento morboso ante los crímenes y violencia reflejada en las portadas de algunos periódicos, ni será cómplice ante los actos de corrupción que socavan la moral ciudadana. Porque un ser pensante no se conforma con una dosis diaria de pan y circo, ni se anestesia bailando por un sueño alimentando ratings, mientras mediante hipnosis colectiva nos hacen olvidar que en este país se incineraron 18 personas en un autobús, que una zombie ley de transporte resultó tan ineficaz como una mala cirugía estética y que un envenenamiento masivo de seres humanos ha quedado congelado en el limbo.
Si un ser pensante es una molestia, una mayoría pensante es un estorbo para los objetivos del sistema y para los que lucran del despojo. Una sociedad crítica, capaz de reflexionar sobre los problemas derivados de la expropiación de la riqueza nacional, de la venta de sus islas, costas, playas y subsuelo; que interroga sobre los jugosos contratos pactados con las transnacionales; que examina juiciosamente los continuos delitos contra la cosa pública bajo el epíteto de "transparencia"; que cuestiona la catástrofe ambiental de dudosos proyectos mineros y que exige responsabilidad ante la negligencia y la corrupción, no conviene a ningún modelo de desarrollo encuadrado en la explotación irracional de los bienes de un país. De allí que erradicar toda forma de pensamiento reflexivo, del ejercicio de la imaginación y de proporcionar una educación de la salud física que frene el desmesurado consumo de drogas y licor son medidas necesarias para un sistema que sin lugar a dudas no necesita ciudadanos sino consumidores… No sería de extrañar que en un futuro no muy lejano, como en aquellas novelas de Wells, esté prohibido en nuestras escuelas mencionar los nombres de irreverentes como Sócrates, Platón, Francis Bacon, Descartes, Simone de Beauvoir o Hanna Arendt, y que cuelgue en la entrada de cada colegio e institución, como glorioso lema de la nueva sociedad, la frase de Hermann Goering, dirigente de las SS hitlerianas. "¡Cuando escucho la palabra cultura, saco mi pistola!".

La autora es docente de Filosofía de la Universidad de Panamá.


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REFLEXIONES SOBRE LA TRANSFORMACIÓN CURRICULAR
Francisco Díaz Montilla


Desde hace algunos días circula entre los educadores la propuesta de transformación curricular de la educación. Las reacciones no se han dejado esperar, y vaticinan –de implementarse– un nuevo escenario de protestas en el país.
Admito que la educación requiere una transformación radical. Sin embargo, tengo serias dudas en cuanto a que lo que se está proponiendo tenga los efectos esperados. Me ha llamado la atención, en primer lugar, las respuestas dadas a la pregunta acerca de por qué es importante el cambio curricular: retos de la sociedad y nuevas demandas académicas de los sectores sociales y productivos; por la globalización y los avances en el conocimiento científico, tecnológico y humanístico; por la necesidad de incrementar el acceso y mejorar la calidad y la pertinencia; por la creciente necesidad de la economía, para una fuerza de trabajo mejor preparada; por la necesidad de dar continuidad y articular la educación básica general con la educación media y esta con el nivel superior; por la necesidad de superar la existencia de una oferta curricular rígida, desarticulada y desactualizada. Se relega, pues, a la persona humana –realidad fundamental con la que está comprometida nuestra educación según la Ley 47– a un plano completamente irrelevante, o más bien degradado: de fin a medio. No interesa –pareciera– la formación de ciudadanos probos y transparentes, el interés primordial es la satisfacción de las demandas del mercado. Desde la lógica del sistema es, tal vez, justificable este proceder: necesitamos trabajadores. La cuestión es si necesitamos, antes que trabajadores, ciudadanos formados.
Habría, sin embargo, que ver si los cambios propuestos garantizan trabajadores; yo –repito– tengo mis dudas. Para empezar, porque en la propuesta no se integra absolutamente nada; es decir, la educación seguirá siendo rígida, desarticulada y desactualizada. Por ejemplo, se pretende introducir una asignatura denominada ciencias integradas, pero la física, la ciencia por antonomasia, aparece desintegrada en un curso de tres horas semanales. ¿Acaso la física es no integrable? ¿Qué es lo que hace que una ciencia sea integrable? Desde la perspectiva de la complejidad se habla más bien de interrelaciones, de vínculos que permiten una visión holística, es aquí donde radica la integración. Pero esta depende de factores diversos, tales como: que los docentes constituyan comunidades de expertos, una orientación del currículo desde una perspectiva compleja, atmósfera escolar y social que promuevan el aprendizaje, etc. Se requiere, pues, de una gama de condiciones que ni la escuela ni el propio currículo ni el trasfondo socio–cultural ofrecen. La integración es un reto para la educación, ciertamente, pero es un reto que no se puede lograr quitando aquí y poniendo allá.
En segundo lugar, a pesar de que hay diferencias sustanciales en lo que se supone que un egresado de un bachiller agropecuario puede hacer con respecto al egresado de un bachiller integral, e incluso técnico, llama la atención la similitud de los cursos propuestos. Resultado: aquellas competencias esenciales para poder insertarse en el mercado laboral se diluyen notablemente. Y por ello, en vez de formar (o deberíamos decir capacitar) individuos para el trabajo, los alejaremos de esa posibilidad.
En tercer lugar, la propuesta es asimétrica y esto contradice uno de los objetivos buscados: la formación integral. Es asimétrica porque enfatiza el componente científico y tecnológico, mientras que el componente humanístico, esencial para hablar de integración, es secundario, complementario y restrictivo (restringe el área humanística).
Pero lo más triste de todo es que la propuesta le niega a los jóvenes la posibilidad de que se formen críticamente al negarles la posibilidad de que aquello que se enseña, aquellos conocimientos que desde la escuela se fomentan y se predican (y que por cierto no siempre se fundamentan de la mejor manera), sean evaluados por el soberano tribunal de la razón. Por lo anterior, nos atrevemos a decir que el resultado de esta nueva aventura ministerial será no solo individuos menos competentes en lo que han de hacer, sino individuos que no tendrán la más mínima idea de la complejidad del mundo en que se han desenvolver.
El autor es profesor de filosofía



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COMUNICADO




El Movimiento Cívico-Ambientalista Terranostra denuncia ante la sociedad nacional e internacional su repudio a la terrible represión que sufrieron los trabajadores de la construcción y miembros del SUNTRACS el martes 12 de febrero del presente en la provincia de Colón en donde fueron heridos de bala los panameños Donaldo Pinilla González, Félix De León y fue asesinado Al Iromi Smith Rentería mientras protestaban por su derecho a un trabajo seguro tal y como lo establece nuestra Constitución.
Esta cobarde y violenta acción, a todas luces innecesaria, propia de las prácticas militares aún resentidas en nuestra memoria, debería ir dirigida con sus golpes y energía contra los poderosos delincuentes de la corrupción que se mantienen impunes y protegidos, mientras especulan a diario con las playas, los ríos, las tierras y los recursos naturales de este país, todo ello sin el más absoluto control, mermando la salud, el bienestar y calidad de vida de los panameños y de los habitantes del istmo.
Exigimos deslinde de responsabilidades en lo que respecta a las investigaciones de los hechos, pero, más que nada, exigimos las sanciones administrativas, civiles y penales a quienes por negligencia o incompetencia han sido incapaces de dar respuesta a las razonables peticiones de los trabajadores, todas ellas respaldadas por la Declaración Universal de los Derechos Humanos y por nuestra Constitución.
Es el momento de que nos solidaricemos para exigir las responsabilidades frente a esta vergonzosa situación y para exigir, de una vez por todas, las garantías y la seguridad laboral acorde con los criterios de dignidad humana y calidad de vida, que no es una concesión complaciente de los políticos de turno ni un desprendimiento generoso de empresarios acaudalados, sino un servicio sufragado por todos los contribuyentes, al igual que lo es el salario de los funcionarios y de las autoridades que nos representan.
Repudiamos todo atentado contra la dignidad humana y la violación de los Derechos Humanos representada también en los crecientes índices de pobreza real y concreta que nada tiene que ver con cifras fantasmas, pues se excluye a la mayoría de los panameños del bienestar al que por ley tienen derecho. Exigimos igualmente un alto inmediato al mercantilismo desenfrenado imperante en casi todas las actividades de este país, y reiteramos nuestra solidaridad y apoyo con los trabajadores de la construcción y los familiares de estos mártires del régimen militarista encubierto bajo una falsa democracia.

Dado a los 14 días del mes de febrero de 2007.






Bienvenid@s

Amigos y Amigas del Planeta Tierra

¡Les damos la bienvenida a la red de información ecológica de Terranostra!
Estaremos complacidos si nos ayudan en la divulgación de los mensajes ecológicos que elaboramos especialmente con el fin de educar a la mayor cantidad de personas a cambiar de actitud frente a los problemas del ambiente, que nos conciernen a todos.
Nuestro país posee una riqueza natural maravillosa y la estamos afectando terriblemente.
He aquí la información sobre nuestro movimiento, los principios que compartimos jóvenes y profesionales de todas las edades reflejando el amor a la naturaleza y el deseo de aportar a que este sea un mundo mejor.

Presentación

DECLARACION DE PRINCIPIOS
DEL MOVIMIENTO TERRANOSTRA
“Porque la tierra es causa nuestra…”

El movimiento Terranostra es una agrupación cívico-ambientalista sin fines de lucro, integrada por jóvenes de todas las edades preocupados por la calidad de vida de los hombres y mujeres que habitan este país y por el deterioro acelerado del entorno natural.
Este movimiento surge de la necesidad de poner un alto a las complacientes concesiones gubernamentales en el uso de nuestros recursos naturales, que ha llevado a la explotación irracional y a burdos modelos de privatización de los más preciados bienes de uso público; de la lucha por el derecho que tenemos de llevar una vida digna con la calidad propia de seres humanos; de evitar que las futuras generaciones sean condenadas a una existencia incierta abrumadas por hipotecas dudosas sobre su porvenir; de la voluntad por preservar el legado histórico-cultural que fundamenta nuestra identidad como nación y, sobre todo, que hombres y mujeres, sin distingo de edad, grupo étnico, clase social o fe religiosa, puedan participar plenamente y sin cortapisas, en las decisiones que afecten el futuro de la nación.
Nuestra lucha esta orientada a poner un alto y exigir respuestas ante la indiferencia, y complicidad en la mayoría de los casos, de la clase política -independientemente de las banderas que las cobije- frente a los problemas agobiantes que aquejan a nuestra población. Es el momento de que rompamos el silencio ante la marginalidad que somete a miles de panameños resultado de una injusta distribución de la riqueza; por la explotación devoradora de nuestros recursos naturales entregados con generosidad a las transnacionales; frente a la violación cotidiana de los derechos humanos, apadrinada por políticos y empresarios y por combatir las formas encubiertas de discriminación de las minorías étnicas y culturales.

SI EN TU CONCIENCIA HAY UN ECO POR EL MALESTAR QUE PRODUCEN ESTAS INJUSTICIAS…YA ERES PARTE DE TERRANOSTRA.

Tareas


Promover la participación ciudadana como un efectivo ejercicio de la democracia y garantía de que las decisiones que afecten la vida del país sean compartidos por todos los ciudadanos y ciudadanas.

Defender y proteger el medio ambiente, los recursos naturales y las formas de vida animal y vegetal como elementos esenciales de nuestro entorno.

Promover una educación de calidad que enriquezca la condición humana con el conocimiento de la cultura, la tecnología, la ciencia, y los valores.

Combatir la discriminación por motivos étnicos, culturales, religiosos, de género o sociales.

Proteger y defender el patrimonio histórico-cultural y fomentar el conocimiento de nuestro pasado histórico, tradiciones, manifestaciones artísticas y culturales que contribuyan al fortalecimiento de nuestra identidad nacional.

Debatir aquellos temas de interés nacional que afecten la vida económica, el futuro político, la riqueza natural y/o comprometa a las futuras generaciones.

Incentivar en la juventud el respeto a las instituciones, al medio ambiente, a los valores nacionales y a las formas de convivencia.

Combatir toda forma de explotación y violencia infantil y de género.

Fomentar la concientización sobre el uso de recursos energéticos, formas alternativas y riesgos de contaminación de nuevas tecnologías.

Combatir la contaminación ambiental en cualquiera de sus manifestaciones como uno de los principales agentes responsables del deterioro de la calidad de vida.

Combatir la privatización de nuestras áreas verdes, recursos naturales y espacios públicos.

Exigir las garantías que permitan una efectiva seguridad ciudadana, el derecho a la vida y el bienestar social en el marco del respeto a las leyes y a las instituciones fundamentales.

Defender los derechos del trabajador agrícola y luchar por su incorporación a los modelos de desarrollo y a los programas de seguridad social.

Promover los programas de desarrollo sostenible que garanticen los niveles de vida, alimentación, salud, vivienda y trabajo en todos los segmentos de la población panameña.

“Sólo hay dos cosas infinitas, el Universo y la Estupidez Humana, pero no estoy muy seguro de la primera, de la segunda puedes observar como nos destruimos sólo por demostrar quien puede más…”

Albert Einstein


DERECHOS HUMANOS EN EL SIGLO XXI: HUMANIZACIÓN Y EDUCACIÓN EN ÉTICA Y VALORES PARA CONVERTIR EN REALIDAD ESTA UTOPÍA

TALA DE BOSQUES

Destruir un bosque significa acabar con las especies que allí habitan. Muchas especies se están perdiendo día a día, desapareciendo para siempre del planeta. Los bosques de Panamá representan áreas naturales de gran belleza. Tenemos la responsabilidad de preservarlos para futuras generaciones. Actualmente no hay control ni sanción real sobre gran parte de la devastación ¡y las autoridades competentes no dicen nada! En 1947, el 70% de nuestro país estaba cubierto de bosques tropicales. En 1974, sólo quedó el 50% de los bosques originales. Hoy día únicamente nos queda menos del 40% de nuestros bosques. Cada año perdemos 70,000 hectáreas (aproximadamente 2% por año) de este recurso precioso. Con este ritmo de deforestación acabaremos TODOS nuestros bosques en menos de 20 años. Estos bosques tienen una diversidad tan grande, que por cada planta que desaparece, igualmente desaparecen entre 10 a 30 especies de plantas y animales dependientes.

El Cambio de Clima
Antes el clima era más fresco, la lluvia más frecuente, y el sol menos fuerte. Nuestros bosques funcionan como reguladores del clima a nivel local y global. A nivel global, la destrucción de tantos bosques está contribuyendo a una elevación de la temperatura; esto es lo que se conoce como el efecto invernadero. El mal uso de tierras forestales ha causado la degradación de más de 1,200,000 hectáreas en Panamá.
Todos los años, cientos de miles de dólares son perdidos por la destrucción de los bosques en Panamá. Los productos comerciales y el valor turístico se pierden cuando quemamos y cortamos estas áreas. El valor del área más grande y sostenible es sacrificado por el uso inmediato inapropiado que da un beneficio muy pequeño, y sólo por un tiempo muy corto.
Pero el VALOR ECONÓMICO nunca debe estar por encima del VALOR DE LA VIDA...

viernes, 25 de enero de 2008

LETRAS ETERNAS

ANTE LA LEY

Franz Kafka

Ante la ley hay un guardián. Un campesino se presenta al guardián y le pide que le deje entrar. Pero el guardián contesta que de momento no puede dejarlo pasar. El hombre reflexiona y pregunta si más tarde se lo permitirá.
- Es posible - contesta el guardián -, pero ahora no.
La puerta de la ley está abierta, como de costumbre; cuando el guardián se hace a un lado, el campesino se inclina para atisbar el interior. El guardián lo ve, se ríe y le dice:
- Si tantas ganas tienes - intenta entrar a pesar de mi prohibición. Pero recuerda que soy poderoso. Y sólo soy el último de los guardianes. Entre salón y salón hay otros tantos guardianes, cada uno más poderoso que el anterior. Ya el tercer guardián es tan terrible que no puedo soportar su vista.
El campesino no había imaginado tales dificultades; pero el imponente aspecto del guardián, con su pelliza, su nariz grande y aguileña, su larga bárba de tártaro, rala y negra, le convencen de que es mejor que espere. El guardián le da un banquito y le permite sentarse a un lado de la puerta. Allí espera días y años. Intenta entrar un sinfín de veces y suplica sin cesar al guardián. Con frecuencia, el guardián mantiene con él breves conversaciones, le hace preguntas sobre su país y sobre muchas otras cosas; pero son preguntas indiferentes, como las de los grandes señores, y al final siempre le dice que no todavía no puede dejarlo entrar. El campesino, que ha llevado consigo muchas cosas para el viaje, lo ofrece todo, aun lo más valioso, para sobornar al guardián. Éste acepta los obsequios, pero le dice:
- Lo acepto para que no pienses que has omitido algún esfuerzo.
Durante largos años, el hombre observa casi continuamente al guardián: se olvida de los otros y le parece que éste es el único obstáculo que lo separa de la ley. Maldice su mala suerte, durante los primeros años abiertamente y en voz alta; más tarde, a medida que envejece, sólo entre murmullos. Se vuelve como un niño, y como en su larga contemplación del guardián ha llegado a conocer hasta las pulgas de su cuello de piel, ruega a las pulgas que lo ayuden y convenzan al guardián. Finalmente su vista se debilita, y ya no sabe si realmente hay menos luz o si sólo le engañan sus ojos. Pero en medio de la oscuridad distingue un resplandor, que brota inextinguible de la puerta de la ley. Ya le queda poco tiempo de vida. Antes de morir, todas las experiencias de esos largos años se confunden en su mente en una sola pregunta, que hasta ahora no ha formulado. Hace señas al guardián para que se acerque, ya que el rigor de la muerte endurece su cuerpo. El guardián tiene que agacharse mucho para hablar con él, porque la diferencia de estatura entre ambos ha aumentado con el tiempo.
- ¿Qué quieres ahora - pregunta el guardián -. Eres insaciable.
- Todos se esfuerzan por llegar a la ley - dice el hombre -; ¿cómo se explica, pues, que durante tantos años sólo yo intentara entrar?
El guardián comprende que el hombre va a morir y, para asegurarse de que oye sus palabras, le dice al oído con voz atronadora:
- Nadie podía intentarlo, porque esta puerta estaba reservada solamente para ti. Ahora voy a cerrarla.

jueves, 24 de enero de 2008

S.O.S. PANAMÁ

¡ ALTO AL ENVENENAMIENTO DE NUESTROS RÍOS!
PAREN LA ABOMINABLE ACTIVIDAD MINERA EN LA CUAL HAY CANTIDAD DE NEGOCIADOS Y VIOLENCIA CONTRA LOS HABITANTES QUE CUIDAN SU ENTORNO.

¡ALTO A LA SUBASTA DE NUESTROS BOSQUES, MANGLARES, COSTAS Y BIODIVERSIDAD!
ES INMORAL HACER NEGOCIOS CON NUESTRO PATRIMONIO, DESTRUYENDO LA RIQUEZA NATURAL Y LA SALUD DE LOS HABITANTES DE ESTE ISTMO. ¿CUÁNDO PAGARÁN LOS CULPABLES CHARRO ESPINO Y DEMÁS DELINCUENTES?

¡ALTO A LA NEFASTA CONSTRUCCIÓN DE HIDROELÉCTRICAS!
ALTERAN LOS ECOSISTEMAS Y AFECTAN LA VIDA DE LOS RÍOS, LAS PERSONAS Y ANIMALES QUE DEPENDEN DE ELLOS. ¿CUÁNTO VALE LA VIDA DE LAS PERSONAS, SR. PRESIDENTE?

¡ALTO A LA CACERÍA Y COMERCIO DE DELFINES! HIPÓCRITAS GOBERNANTES SIGNATARIOS DE ACUERDOS INTERNACIONALES QUE INCUMPLEN. LA ANAM ES SORDA, CIEGA Y MUDA: AVERGUENZAN LOS ESTUDIOS DE IMPACTO AMBIENTAL QUE APRUEBA CON GANAS...

¡ALTO A LAS INTENCIONES DE NEGOCIAR NUESTROS PARQUES NACIONALES!
ZAPATERA: ¡A TUS ZAPATOS! CADA QUIEN A SU CARGO SEGÚN SU CAPACIDAD Y PREPARACIÓN, DEJEN DE SEGUIRLE LOS CAPRICHOS A LA SEÑORA PRESIDENTA. NO SE TRATA DE UN JARDÍN DECORATIVO, SINO DE NUESTRO PATRIMONIO NATURAL Y HERENCIA PARA LAS FUTURAS GENERACIONES.

PANAMEÑO, DEFIENDE TU PATRIMONIO, DEFIENDE TU PATRIA Y TU VIDA.

domingo, 6 de enero de 2008

CRONOLOGÍA

2007/ 2 JUNIO- Pre-celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, Organización de la Gran Caminata por la Defensa de los Delfines, el Medio Ambiente y la Calidad de Vida de los Panameños.

2007/ 21 ABRIL - Participación en la FERIA AMBIENTAL-POPULAR
MERCADO Y CALENTAMIENTO GLOBAL EN PANAMÁ. Universidad de Panamá.

2006-2007 - Campaña para promover un Transporte Público Digno. Actividades de información y distribución de calcomanías promoviendo el derecho a un transporte que garantice la seguridad de sus usuarios.

2006/16-19 OCTUBRE- Participación en la XXV Semana de la Filosofía, Universidad de Panamá- Exposiciones y cine-debates sobre Ética ambiental.

2006/ 23-24 AGOSTO - I Foro Académico: AGUA, EL DERECHO A LA VIDA celebrado en el Paraninfo Universitario. Participación de reconocidos investigadores, académicos, representantes de instituciones, estudiantes y público en general.

2006/MAYO - Creación del Movimiento Cívico-Ambientalista TERRANOSTRA

sábado, 5 de enero de 2008

EN VOZ ALTA

¡Alerta! ¿Qué pasa con los derechos del pueblo Naso y Ngöbe y la Biodiversidad de Bocas del Toro ? ¿Violados o no?

Por: Olmedo Carrasquilla II

Durante los días 2, 3 y 4 de enero fuimos testigos del brutal ataque que viven el pueblo Naso y Ngöbe ante el proyecto Chan 75, que es uno de las tantas concesiones de generación eléctrica.

Ya hace meses se viene dando estos conflictos, en donde los Nasos y los Ngöbes bajo la potestad de las leyes nacionales e internacionales hacen un llamado urgente por la vil amenaza en que se encuentran sus tierras y cultura por la construcción de represas.

A pesar de su ubicación histórica, estos se encuentran en área protegidas conocida como Parque Binacional La Amistad que abarca las regiones limítrofes entre Panamá y Costa Rica, la cual por meritos legítimos son los verdaderos protectores de la naturaleza y no así como lo hace la empresa AES con su propaganda de convencimiento y engaño.

¿Qué hay detrás de estos intereses macabros?

No es más que el instinto lucrativo a través del saqueo, la explotación y extinción de las riquezas que tiene Panamá en la instalación de inmobiliarios energéticos y pesadas maquinarias que arrancan de raíz el sentimiento de los pueblos.

Como lo fue los días mencionados en donde más de trescientas personas entre niños, mujeres y ancianos fueron ultrajados y reprimidos por los agentes de la policía con autorización de los gobernantes locales. Violándose sus derechos nativos y el debido proceso en Charco la Pava a 7 horas de Changuinola.

Después de dos días de forcejeos, el jueves 3 en horas de la tarde aumenta las tensiones por parte de los antimotines, la cual sin piedad arrancan de los brazos de sus padres a niños, al igual que a empujones a ancianos sin considerar estado de salud.

Todo por el hecho infundado del corregidor de Valle del Risco Nelson Molina Martínez de un documento donde la alcaldesa Virginia Abrego autoriza el desalojamiento del camino que conduce a los proyecto, ya que el mismo aprobado determinaba que las comunidades no eran propietarios legales.

En un escenario de pánico e incertidumbre por las hostigaciones e intimidaciones de los agentes del orden público se suma el silencio de los gobernantes de turno que con su discurso desarrollista no hacen nada por establecer un dialogo por la paz ambiental y de los indígenas.

Pero ya lo habíamos manifestando, este concubinato tiene sus vínculos por el rampante egoísmo de darles precio a todo de lo que pueden sacar provecho de los bienes naturales de nuestro país. Ya que con su demagogia carta de ambientalistas y defensores de la gente, no son más que los albaceas en las concesiones y los estudio de impactos ambiental a consorcios extranjeros con antecedentes criminales.

Sin importar con el sentimientos de miles de familia Naso y Ngöbe, en su cultura y sus vida han salido a la ataque sin cuartel en el desalojamiento forzado, en la discriminación y hasta amenazas de muerte que podrían convertirse en un genocidio étnico.

Hacemos un llamado urgente a la ciudadanía nacional y extranjera para que se solidarice con la causa ambiental del pueblo Naso y Ngöbe que por su exclusión y distanciamiento los medios de comunicación a duras penas llegan para recoger las noticias o por que algunos ya se han vendido a la empresa.

ARTÍCULOS


Más allá de los delfines: Ética ciudadana y responsabilidad con la vida
Algunas cosas suceden en Panamá y no todas son malas. La gente toma conciencia y exige un orden ético, y es que los golpes enseñan, ya son más de cien años de tropiezos y altibajos: golpes por vivir absortos en el instante presente, golpes de proyectos multimillonarios que erradicarían la pobreza por siempre y que al despertar nos dejan envueltos en una miseria de cuerpo y alma, golpes al descubrir embustes tras consignas políticas, al ver que sí se pudo excluir a la mayoría que "botó" su confianza por los drenajes. Hoy, en pleno siglo XXI, miles de panameños han entendido la relación entre ciudadanía y responsabilidad.
Olvidados los carnavales, nos entretienen con casinos, sorteos, telenovelas, pan y circo; construyen malls , espacios para caminar, estacionar, devorar y comprar, con todos los elementos para enajenar mental y económicamente. Pero hay una mayoría consciente de la necesidad de una ética en el uso de los espacios naturales y de nuestros recursos, no sólo de los revertidos que terminaron pervertidos, sino de los espacios que aún no han sido repartidos por la voracidad insaciable de los proyectos inmobiliarios. Esta defensa de los espacios no se limita a los particulares, sino que abarca los espacios naturales porque de ello depende la calidad de vida y el disfrute de nuestro entorno como espacio de convivencia . Sin equilibrio, sin planificación, sin árboles y rodeados de contaminación, seremos un país no de "primer mundo" sino de primer orden en las estadísticas de cáncer, afecciones respiratorias y deformaciones congénitas. No se trata únicamente de llegar al mundo sino de permanecer en él de la manera más dignamente posible . Más que extender nuestro tiempo en la Tierra es preciso intensificar las condiciones humanas bajo las cuales desarrollar la existencia, y por eso alterar los ambientes y ecosistemas no sólo es criminal y mezquino sino que es una acción vergonzosa y de la cual tienen pleno conocimiento aquellos que se benefician de la misma.
Todo está relacionado, cada causa tiene su efecto, aunque, como sabemos, los que menos tienen están más expuestos que otros a los efectos del desequilibrio social, político, económico o hasta del desequilibrio ecológico: frente a las inclemencias del sol y al calentamiento global, quien no tiene dinero para las necesidades básicas, menos tendrá para una botella de agua o una crema de protección solar. La alteración de los espacios naturales y la ruptura del equilibrio -algunas veces resguardado por nuestras frágiles leyes, pero en lo cotidiano irrespetado justamente por la indiferencia desde arriba-, afecta la calidad de vida de todos los que habitamos la Tierra.
Hoy no se trata únicamente de la defensa de los delfines, sino del país en el cual queremos vivir, el país que le dejaremos a las futuras generaciones para que vivan, el país que, a fin de cuentas, ha estado enraizado y comprometido con la vida, porque antes de que surgieran partidos políticos, transnacionales feroces y burocracias , Panamá ya era el nombre de la abundancia de peces, plantas y mariposas . Panamá es el nombre de un árbol y de una biodiversidad envidiable, y trastocar ese orden en beneficio de unos pocos es afectar el derecho de las mayorías de disfrutar el lugar que nos ha tocado vivir, y justamente eso es lo que se está defendiendo, con la convicción de una Ética ciudadana, y de los derechos que tenemos los habitantes de este pequeño país.
Panamá es el nombre de la naturaleza y de la vida, nombre que crece a pesar de la terrible indiferencia de décadas de mala política y acumulación injustificada de riquezas, es un país rico -de millonarios- pero rico también en vida y diversidad , la mejor de las herencias que, junto con la cultura y la historia, un país puede atesorar. Debemos defender a nuestro país de la invasión del concreto y la subasta desenfrenada de nuestros espacios; defenderla no de la tecnología sino de la tecnocracia que nos asfixia; defender nuestra riqueza natural, la única que nos queda, pues la riqueza tabulada en ecuaciones per cápita es una broma de mal gusto, porque en la otra cara de la moneda (sea balboa o dólar) los niños mueren de hambre hacinados en tugurios, cargando existencias que desconocen la expresión "calidad de vida".
A estas alturas del siglo, quienes gobiernan deberían estar ocupados en cultivar la vida, promover la cultura y brindar las oportunidades de trabajo que una vez fueron escritas como promesas.Pero todo parece indicar que en este país defender nuestro suelo, nuestros recursos, nuestras formas de vida, la naturaleza y los espacios son delitos de lesa humanidad que terminan convirtiendo a las víctimas en victimarios -como le ha ocurrido a algunos dirigentes ambientalistas, obreros y campesinos- y, paradójicamente, quienes nos desvalijan se convierten en protegidos de las autoridades, entonces ya entendemos la razón por la cual empezarán a caer los primeros mártires de esta batalla por la vida, de esta confrontación por la dignidad. Dejemos los acuarios y las ampulosas peceras para los países en donde no se contempla el mar, ni las islas, ni la vida, aquellos que ya vaciaron sus reservas y se bebieron la savia de sus bosques, pero dejen a Panamá con su nombre , con su belleza esparcida bajo del sol, el mar y la tierra, dejen la riqueza acuática y terrestre como la vieron, que es de nosotros, los panameños de nacimiento y los de corazón: pertenece a los habitantes del mundo que amamos la vida; dejen libres a los delfines, que si los queremos conocer, bien vale visitar y preservar los espacios naturales, en donde los encontraremos siendo delfines y no perritos falderos, por tanto ¡olvídense de la desfachatez de capturar nuestros delfines y encima hacer dinero con eso!
Amar la vida no es una opción, es más que un derecho: una necesidad. Debería ser algo natural, y como parte que somos de la naturaleza, nosotros los humanos deberíamos comportarnos así, éticamente, defendiendo la vida; pero resulta que este amor hay que enseñarlo, reforzarlo y comunicarlo en los hogares, las comunidades y las escuelas. Amar la vida no es un negocio o un argumento barato, no es una propuesta negociable, es más que eso: es el eco que escuchamos en forma de grito o susurro, es la conciencia ciudadana que está despertando de un letargo centenario, ha abierto los ojos y no hay vuelta atrás.

Ela Urriola
elaurriola@yahoo.com
La autora es Profesora de Filosofía y Derechos Humanosen la Universidad de Panamá
"Dos cosas que me llaman la atención: la inteligencia de las
bestias y la bestialidad de los hombres…"

Flora
Tristán